Madres... a veces no se dan cuenta de que queriéndonos ayudar, nos hacen mucho daño... :P
jueves, 24 de enero de 2008
El tomate cachorrito
Lo vi y me di cuenta de que no era como los demás, de que tenía un halo especial, un duende que le hacía único... fue un flechazo, aunque me temo que algo hubo de unidireccionalidad porque él no respondió de ninguna manera. Quería adoptarlo, cuidarlo, mimarlo, aunque no me hablase... con sólo mirarlo, estaba satisfecha... sin embrago, mi madre se opuso a todo esto (quizás no quería que yo sufriese) y ni corta ni perezosa, lo cogió y, partiéndolo en rodajas, lo convirtió en una guarnición deliciosa...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
8 comentarios:
El tomate te respondió con su sabor.
Hmmm... me temo que se lo comió mi madre, Bernie... hmmmm......
Mujer, las madres no hacen daño, lo que hacen es inmunizarnos al dolor. Es su trabajo, la naturaleza es muy sabia y los tomates.....verdes y fritos ja ja ja.
Perdón por mi insensibilidad pero es un buen pan con tomaquet....mmmm
Besos colorados
Puedo imaginar tu dolor... aunque yo soy caníbal de tomates. No sé si podría sentir por ellos algo parecido a lo que tí has sentido por él... :(
XD Besotes!
Dani, estoy segura de que mi madre quería lo mejor para mí ;))) aunque sñiff, no sé, sñiff...
Fand, tengo que admitir que soy una terrible caníbal de tomates y que mi dolor no duró mucho, lo suficiente como para hacer un rato el ganso ;))))))
Pero Faerie!! si es un auténtico tomate mutante!!!
:D
Después de semejante derroche de elocuencia sobre tan sinpar tomate, no he podido sino desear ser mata caprichosa para regalarte mis poco corrientes frutos. No olvides que para madurar siempre hace falta un poco de luz... y hace tiempo que dejó de llover.
Un beso, angel.
Mar, ¿a que es un tomate genial? Y va mi madre y lo mata...
¡Persona anónima, muchísimas gracias!
Publicar un comentario