Nueva York. La Gran Manzana. Un hombre ataca a una mujer. Un indigente guatemalteco ve todo e intenta impedir el ataque. Consecuencia, es apuñalado y aún así, sale corriendo detrás del agresor, pero pasados unos metros, Hugo Alfredo se desploma en plena calle, desangrándose.
Unas veiticinco personas pasan a su lado, ven la sangre y no le dan la más mínima importancia. El héroe de treinta y un años muere desangrado en la calle por culpa de su buena voluntad, y yo me digo que cada vez siento más vergüenza por la humanidad del ser humano.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Menuda jodienda amiga. El mundo es una mierda.
Besos indignados
Indignada estoy, Dani... es horrible horrible horrible...
Encantador blog el tuyo, un placer haberme pasado por tu espacio.
Saludos y un abrazo!
Miles de gracias, sonrisa de Hiperión! Un saludazoooo!!!!
No creo que el mundo sea tan mierdoso pudiendo decir que "el mundo es una mierda", Dani.
Publicar un comentario