La princesita Sofi, por su tamaño diminuto, tenía miedo de ser pisada por los gigantescos humanos de la tierra, y por eso, estaba muy solita. Un día, un humano enorme entró en el jardín de la princesita Sofi y vio la cajita de cerillas. La abrió y encontró a la princesita en medio de su siesta. El gran humano quedó prendado de la belleza de la princesita Sofi y guardó la cajita de cerillas en el bolsillo de su chaqueta, para no despertarla. Al llegar a su casa, el gran humano dejó la cajita encima del radiador de su cuarto.
Cuando despertó, la princesita se llevó un gran susto: ¿dónde estaba su jardín y sus flores? Pero en cuanto vio la cara del humano, se enamoró de él... Ahora, la princesita Sofi vive en el bolsillo de la camisa del gran humano, que siempre se encarga de darle miguitas de pan integral y agua de lluvia.
4 comentarios:
He aquí mi comentario...
Querida y adorada cuñada cuál es mi sorpresa cuándo entro en tu blog y me encuentro con un cuento sobre mi, nada me ha hecho tanta ilusión...y es que se me hábía olvidado que un día te pedí indignada aparecerrrr y por finnnn aparecí!me ha gustado tanto que creo que lo voy a enmarcar/empapelar en algún sitio, no se algo tengo que hacer así que tu no me borres, y es que me siento muy identificada ...ayyy gracias por este relatoo, gracias de verdad
IIIIHHH!!! Cuñááááááááááá!!! No pienso borrar el cuento, es pa tí toa toíta... qué ilusión que leas mi blog!!! Que me emosiono toa! Ays!!!!
mañana mismo lo enmarcamos
muchos besos
el gigante
IIIIIIIIGGGGGGGGGGG!!! Es el gigante buenooooo!!!!! Qué ilusióngggg!!!! Qué honorrr!!!
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