¿Liberada...?

¿Me he liberado por fin? No tengo ni idea, la verdad... sólo sé que le he llamado y que le he dicho que le quería demasiado, demasiado como para tenerle como un mero rollo... se lo ha tomado muy bien... me ha prometido que la próxima vez que nos viésemos, no haría ningún intento de volver a liarse conmigo... ¿Puedo creerle? No lo sé... ya me lo prometió otras veces y no cumplió con su parte... y yo, débil y tonta, no pude evitar caer en la tentación y hacerme ilusiones vanas...
Pero ya está. Ya se lo he dicho y espero que la próxima vez que nos veamos, cumpla con lo prometido... yo haré todo lo posible por cumplir también con lo que me corresponde...
Querer a alguien a veces puede ser terrible... sobre todo si ese alguien también nos quiere, pero un pelo menos de lo que le queremos nosotros a él... la meta se vislumbra tan cerca, pero de verdad está tan lejos... inalcanzable: hay un abismo oculto justo antes de cruzarla y nos caemos en él cuando ya creemos estar a punto de conseguir lo que tanto deseábamos...
Yo me he caído muchas veces por esa brecha y no quiero volver a hacerlo... espero de verdad no volver a hacerlo... quiero liberarme... no quiero que un déspota bondadoso y adorable mande sobre mi corazón.